Luiminer Zulay Pacheco de Pérez se desplazaba la semana pasada por el
sector Las Calderas del municipio Colina, estado Falcón, en un
Chevrolet Corsa plateado. Iba rumbo a su casa acompañada de sus tres
hijas de 12, 13 y 15 años de edad cuando de pronto una unidad de la
Guardia Nacional se acercó a su vehículo y varios efectivos militares,
sin mediar advertencias, comenzaron a disparar con sus fusiles y
pistolas de reglamento contra el pequeño vehículo familiar, asesinando
frente al volante a una madre trabajadora y a una de sus hijas, María
Gabriela.
Las autoridades dicen que fue un error. Explicaron los efectivos
castrenses perseguían a unos sospechosos en un vehículo similar al de
Luiminer y se confundieron, disparando más de 160 veces. Una atrocidad
injustificable, que enluta a una familia falconiana y a toda nuestra
organización, porque Luiminer era hermana de nuestro compañero Jesús
Pacheco, un valioso activista y responsable de comunicaciones de
Voluntad Popular en el estado Falcón. Un crimen que no puede quedar
impune. Una muestra más del fracaso de este gobierno en la ejecución de
políticas públicas para resolver la inseguridad, la indefensión, la
impunidad que castigan cada día a todos los venezolanos.
Con el Plan Patria Segura, miles de efectivos militares desplegados
en las principales ciudades intentando frenar la ola de criminalidad sin
preparación, sin capacidad, sin recursos. El vigésimo plan de seguridad
es un nuevo fracaso, mientras el gobierno habla de “sensaciones” y
presiona a los medios de comunicación para que oculten la verdadera
magnitud del problema.
Piden que la lucha contra la inseguridad no se politice, pero ocultan
deliberadamente la información para no dejar en evidencia su fracaso.
Intentan callar el debate público, para que los venezolanos no se
enteren de su incapacidad evidente para asumir un tema que se ha
convertido en la principal preocupación de los venezolanos.
¿Hasta cuando los funcionarios de seguridad de Estado venezolano
asesinan a inocentes por su incapacidad y falta de preparación? Lo
advertimos: la Fuerza Armada Nacional Bolivariana está llamada a
garantizar la soberanía nacional y la defensa del territorio, no la
seguridad ciudadana. Si los militares estuvieran en capacidad de
garantizar la seguridad pública, no existiera la policía y en ningún
lugar del mundo.
El solo planteamiento de enviar a los militares venezolanos a cazar
delincuentes en las principales ciudades es el reconocimiento del
fracaso del proyecto de la Policía Nacional. Varios funcionarios de ese
cuerpo nos han confesado directamente su frustración ante la
desorganización, la politización de la institución y la falta de
recursos; no tienen seguro médico, ni armamento, ni uniformes, ni
patrullas, ni apoyo del Estado para luchar contra la impunidad. Y ahora
ven con preocupación la presencia del Ejército en la calle, intentando
desempeñar labores policiales sin preparación ni orientación
estratégica.
La indignante pasividad del Gobierno nos obliga a demandar justicia y
a alzar nuestra voz, fuerte y clara en todos los rincones de nuestra
patria, para convertir nuestra indignación en acción. Jamás nos
cansaremos de pedir que todos los derechos sean para todas las personas,
y seguiremos luchando por construir un país más seguro, de bienestar y
progreso. Fuerza y fe, Venezuela.
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