Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu
adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón… pero sabe, que sobre
todas estas cosas te juzgará Dios. Eclesiastés 11:9
Ejercítate para la piedad; porque… la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera. 1 Timoteo 4:7-8
Ejercítate para la piedad; porque… la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera. 1 Timoteo 4:7-8
Según se dice, este
era el clamor de los romanos durante la decadencia de su imperio: «¡Pan y
circo!». Pan para no morir de hambre y juegos para distraerse. Esta
divisa se extendió a través de todos los tiempos.
Pero la Biblia
declara: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale
de la boca de Dios” (Mateo 4:4).
Por supuesto que es necesario satisfacer las necesidades de nuestro cuerpo, pero el Señor Jesús preguntó: “¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” (Mateo 6:25).
Debemos alimentar nuestro ser interior con la Palabra de Dios. El profeta Jeremías dijo: “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón” (Jeremías 15:16).
Por supuesto que es necesario satisfacer las necesidades de nuestro cuerpo, pero el Señor Jesús preguntó: “¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” (Mateo 6:25).
Debemos alimentar nuestro ser interior con la Palabra de Dios. El profeta Jeremías dijo: “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón” (Jeremías 15:16).
En cuanto a los juegos y a los
pasatiempos, están en aumento bajo el pretexto de que es necesario
distraerse. Todo está programado para distraerse hasta que ya no haya
más fuerza para reaccionar.
¡Rechacemos este adormecimiento de la
conciencia y tomemos el tiempo de reflexionar!
Esas diversiones no nos
conducen a la verdadera meta. Un día nos encontraremos con Dios, y es
ahora cuando debemos prepararnos para ello. Primeramente creyendo en
Jesucristo, quien murió por nosotros, lo cual nos libra del juicio, y
luego viviendo de una manera que le agrade, lo cual también será nuestra
felicidad día tras día.
FUENTE: © Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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