La preocupación
es una rata
¿Y
quién de vosotros podrá con afanarse
añadir a su estatura un codo
Durante
la mañana, a media noche, y aun cuando no crees estar pensando en ello, ahí
está aquello por lo que te preocupas. La preocupación es una fuerza
destructiva que nunca ayuda a resolver problemas, sino que añade tensión y a
menudo obstaculiza la facultad para hallar soluciones. ¡La ansiedad no es algo
que está dentro del plan de Dios para tu vida!
En su libro, Questions Jesús Asked (Preguntas que hizo Jesús), el doctor Clovis Chappell nos ofrece el siguiente
ejemplo:
«Hace
muchos años, durante los días pioneros de la aviación, cierto piloto se
encontraba en medio de un vuelo alrededor del mundo. Dos horas después de
haber despegado de su último campo de aterrizaje, escuchó un ruido en su avión,
el cual identifico como el roer de una rata, aunque no estaba seguro, cabía
la posibilidad de que la misma se hubiera estado comiendo algún cable vital o
de control del avión. La situación era muy crítica. El piloto estaba bastante
preocupado y ansioso. Al principio, no supo qué hacer. Se encontraba a dos
horas de último campo de aterrizaje, y más de dos horas del próximo.
«Entonces
recordó que la rata es un roedor, y que no fue diseñada para las alturas,
sino para vivir en tierra y bajo tierra. Así que comenzó a ascender. Logró ascender
unos mil pies de altura, y luego otros mil, y aún otros más, hasta llegar a
una altura que sobrepasaba los veinte ml pies. Entonces el roer cesó la rata
había muerto. No podía sobrevivir en la atmósfera a tal altura. Pasadas las
dos horas, el piloto hizo descender el avión en el próximo campo de
aterrizaje, y encontró la rata muerta.
«Hermanos
y hermanas en Cristo, la preocupación es un roedor. La misma no puede sobrevivir
en el lugar secreto del Altísimo. No podrá respirar en la decisiva atmósfera
creada por la oración y la familiaridad en la Escritura. La preocupación
muere cuando ascendemos hasta el Señor por medio de la oración y Su Palabra».
FUENTE: Un café con Dios. Un Devocionario.
Editorial Unilit. Miami, Fl. 33172
No hay comentarios:
Publicar un comentario