martes, 29 de abril de 2014

DESPUÉS DE LA TEMPESTAD…



"Recordemos las palabras de San Francisco de Asís: 'Que Dios me conceda serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, valentía para cambiar lo que sí puedo y sabiduría para ver la diferencia"

Las crisis pueden ser nuestras aliadas aunque nos hagan sufrir, porque siempre representan la oportunidad de tomar conciencia de la vida que llevamos y de reflexionar acerca de los cambios que pudiéramos hacer para mejorarla.
Es importante atrevernos a enfrentarlas en lugar de evadirlas, creyendo que se resolverán por sí solas porque, en ese caso, lo que pasará será que se agravarán y terminarán haciéndonos pasar un mal rato.

Los cambios no esperados como la pérdida del trabajo o una ruptura sentimental pueden convertirse en una tormenta que nos ponga a la deriva, y que nos lleve a cuestionar nuestras creencias, nuestros valores y hasta la presencia de la Divinidad en nuestra vida, al considerar injusto e inexplicable todo lo que nos sucede.

Fácilmente caemos en la negación, repitiéndonos en voz alta o mentalmente: "esto no puede ser", "es imposible que me esté pasando a mí", alargando el tiempo de crisis, de confusión y de dolor en el que nos sentimos inmersos. Después, generalmente, entramos a pensar en todo lo que pudimos haber hecho para evitarlo y pensamos: "si hubiese tomado otra decisión", "si hubiese aceptado esa otra oferta"… como si de esta forma pudiéramos borrar lo sucedido. Y mientras tanto, sufrimos sin hacer algo concreto para resolverlo.

Los chinos escriben la palabra crisis con dos caracteres: uno significa peligro y el otro oportunidad. Hay personas que se fortalecen en las crisis mientras que otras se debilitan, hasta el punto de llegar a considerar que están ante situaciones imposibles de superar. No te decaigas, recuerda que todo pasa, y que aun cuando tu panorama esté gris y nublado, en cualquier momento, si estás atento y te mantienes calmado y optimista, verás salir el Sol de nuevo.

"Que Dios me conceda serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, valentía para cambiar lo que sí puedo y sabiduría para ver la diferencia".

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