Confía en el Señor y haz el bien. Salmo 37:3
Sabes que es un mal
día cuando… tu hermana gemela se olvida de tu cumpleaños, el cheque que recibes
del gobierno como reembolso por impuestos pagados, no tiene fondos; colocas
ambos lentes de contacto en el mismo ojo o despiertas en una cama en el
hospital, y tu agente de seguro médico te informa que tu póliza por accidentes
cubre cualquier caída de un techo, pero no el chocar contra el suelo.
¿Cómo poder recuperarnos de ocasiones como
estas, cuando todo parece ir de mal en peor? ¿Qué actitud tomar cuando las
cosas sólo parecen empeorar?
En tiempos como los descritos, somos
tentados a enfocarnos en nosotros mismos y en los implacables problemas. Sin embargo,
lo mejor que podemos hacer es precisamente lo opuesto: involucrarnos con otras
personas.
El comediante George Burns dijo que la clave
de la felicidad radica en ayudar a los demás. Si le preguntas a las personas
qué los haría feliz, recibirás respuestas tales cono un auto nuevo, una casa mejor,
un aumento de salario, ganar un premio de la lotería, cirugía plástica del
rostro, más hijos, menos hijos, visitar un restaurante nuevo, etc. Es muy
probable que ni una de cien personas dé como respuesta: La oportunidad de ayudar
al prójimo. Sin embargo, es esto lo que podrá traernos la mayor felicidad.
No conozco al doctor Jonás Salk, pero después
de la que ha hecho en nuestro beneficio con su vacuna contra la poliomelitis,
si aún no es feliz, entonces debería pedir que su brillante cerebro sea
examinado. Por supuesto, no todos podemos
hacer lo que él hizo. Yo mismo estoy consciente de no tener esa
posibilidad; pero sólo porque él se me adelantó.
Pero
el asunto es que no tiene que ser algo tan extraordinario como la vacuna contra
la poliomielitis. Podría ser, por ejemplo, dedicarle tiempo a una causa digna, desempeñar
algún servicio necesario, o tan solo hacer algo por ayudad a otro ser humano.
¿Qué podemos hacer para ayudar a otros? Una sonrisa, o un favor inspirado a un compañero de trabajo que se
encuentra bajo mucha tensión. Una simple nota de gratitud, o una tarjeta en la
cual expresas a un amigo que a pesar de la distancia, siempre lo recuerdas. Un ramo
de flores para la secretaria sin una aparente razón especial, excepto
demostrarle que aprecias su trabajo. Activa tu imaginación y creatividad al
expresar tales actos de bondad. En esos días no muy placenteros, cuando nada parece funcionar
bien…
¡tú puedes contribuir haciendo
algo <<excepcional>>!
FUENTE: Un
café con Dios. Un Devocionario. Editorial Unilit. Miami, Fl. 33172
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